Crónicas Marcianas | Reseña

En 1950 el hombre todavía no había pisado la Luna. La ciencia ficción estaba tan vigente qué nombres de la talla de Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Philip K. Dick rondaron aquel año en que las Crónicas Marcianas vio la luz de los anaqueles en las librerías. No sólo es el primer libro publicado por Bradbury, sino que es considerado uno de los mejores. Yo no vengo a negar esto; vengo a corroborar su genialidad.

Definir Las crónicas marcianas no es algo sencillo. Habrá quienes digan que es un simple libro de cuentos, otros defenderán su carácter novelistico. La confusión parte de que el libro de Bradbury es un libro de cuentos que se relacionan entre sí, al girar todos cronológicamente sobre un mismo acontecimiento: la colonización de Marte por parte de la raza humana. El libro consta de 26 cuentos; el primero se situa en 1999 y narra el lanzamiento de la primer expedición humana hacia Marte; el último se sitúa en 2026. Los cuentos, suelen interrelacionarse entre sí y algunos personajes aparecen ocasionalmente en más de un cuento, sin que esto les otorge protagonismo, creando así una verdadera crónica sobre el humano en Marte.

Desde la plantación de árboles en Marte hasta un tributo a Edgar Allan Poe en el cuento Usher II, cada cuento tiene una temática propia que sin embargo jamás deja la historia marco, así como personajes con personalidades propias: un padre preocupado por sus hijos, un marciano celoso, una pareja de ancianos anclados en el dolor de haber perdido a un hijo y que viajan a Marte para comenzar de nuevo, una guerra nuclear.

Bradbury debe recurrir a imágenes terrenales para que el lector pueda crear dentro de su mente este paisaje surrealista y maravilloso de lo desconocido y lo logra de un modo tan eficaz, que de pronto perdemos la sensación de estar en la Tierra. Nos volvemos niños, exploradores; nuestra capacidad de asombro vuelve a nosotros. Pero también nuestra empatía, nuestra capacidad de reflexión ¿Acaso no somos nosotros, para los marcianos, los alienígenas? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el ser humano para saciar su ego y su ambición?

El libro es una lectura obligada para todos los amantes de la ciencia ficción y quizá una lectura necesaria para todos los amantes de la literatura en general, puesto que muestra de un modo original y bastardamente inteligente al ser humano en toda su ambición, ego, miedos, astucia, crueldad. Crónicas marcianas estará por mucho tiempo anclada a las listas de libros imperdibles; quizá hasta que al ser humano ya no le esté permitido soñar y haya una gran quema de libros cuyo humo se eleve hasta el cielo, donde un Marte lejano nos recordará todo lo que está perdido, o que está por perderse.

Distopía I: Fahrenheit 451

“-No eres como los demás. Y he visto a muchos, y los conozco. Cuando hablo, tú me miras. Anoche, cuando dije algo acerca de la luna, tú miraste hacia la luna. Los demás nunca harían algo así. Los demás me dejarían hablando sola o me amenazarían. Ahora nadie tiene tiempo para nadie. Tú eres uno de los pocos que me soportan, Por eso pienso que es muy extraño que seas un bombero, me parece que no es lo apropiado para ti.”

El papel empieza a arder a 451° Fahrenheit. Y precisamente la famosa obra de Ray Bradbury, publicada en 1953 habla de esto. Tenemos como protagonista a Guy Montag, un hombre que disfrutaba su trabajo (tal y como lo dice la primera oración del libro: “Era un placer quemar”) como bombero. Claro que, en este mundo distópico (es decir, una sociedad ficticia indeseable en sí misma), los bomberos no apagan los incendios, sino que los crean. El gobierno establece que es un crimen tener libros, ya que estos generan pensamiento y el pensamiento genera angustia. Cuando reciben una denuncia o se enteran de que alguien tiene libros en su casa, los bomberos son los encargados de dirigirse a ese hogar, recolectar los libros e iniciar una fogata literaria. Libros devorados, ennegrecidos y cambiados. Reducidos a cenizas.

Guy Montag cree en el gobierno, cree en su trabajo, cree en su matrimonio y felicidad hasta que conoce a una chica de 17 años llamada Clarisse McClellan, quien le empieza a preguntar por su trabajo y le enseña su casa, donde sus familiares hablan entre ellos, en lugar de mirar idiotizados las pantallas que cubren las paredes de los hogares. Clarisse ademas le hace una pregunta que lo deja marcado: “¿Eres feliz?”.

Poco después, cuando van a la casa de una mujer a quemar todos sus libros, y ésta decide quedarse y arder con todos sus libros, Montag comienza a darse cuenta de que en los libros hay algo que el gobierno no quiere que sepa el pueblo, y roba uno. Y aquí empiezan los problemas.

Fahrenheit 451 es una lectura fácil, entretenida, pero no por esto vacía de contenido filosófico. Todo lo contrario: es una critica a la sociedad, al ser humano y a su conformismo. Te hace pensar sobre la situación actual del mundo y la censura del pensamiento. Es la historia de un hombre que se da cuenta de que las cosas son distintas a lo que siempre le habían hecho creer. Un hombre que decide cambiar su mundo aunque esto sea un delito y pueda costarle la vida.

Si no han leído esta novela futurista, háganlo, son menos de 200 paginas, pero cada una de ellas vale la pena. Además. son vacaciones, qué mejor para aprovecharlas que leyendo un buen libro… antes de que, en un futuro, arda junto con el resto.