Quizá consideres que sea innecesario reseñar una novela como Parque Jurásico, pues al fin y al cabo quién no ha visto la película de Steven Spielberg en más de 20 años. Pero bien dice el dicho, el libro supera a la película. ¿Sucede lo mismo en esta ocasión? La respuesta es un rotundo sí, básicamente porque la película es como un 60% fiel a Parque Jurásico, ¿pero aún así vale la pena leer algo que ya conocemos?
La premisa de la historia que Michael Crichton presenta en esencia se mantiene: un excéntrico millonario invierte su fortuna en traer, gracias a los avances tecnológicos, de vuelta a la vida a los dinosaurios. Eventualmente todo se sale de control y los dinosaurios comienzan a devorar gente.
Parque Jurásico fue en su momento la novela que logró que los dinosaurios estuvieran de moda, y es bien sabido que Mr. Spielberg hizo y deshizo para poder llevar su visión a cabo. Pero desde mi punto de vista siempre he argumentado que Steven Spielberg peca de ser un director, por decirlo así, familiar. Donde la novela es oscura, sangrienta y apasionante, la película se desenvuelve más en el terreno de la aventura y la acción.
No hay ejemplo más claro que John Hammond, el verdadero antagonista de la Parque Jurásico, pues es un empresario (y cerdo capitalista) sin escrúpulos que ve en la potencial mina de oro que tiene; nada que ver con el bonachón anciano al que estamos acostumbrados.
Por otro lado, la novela hace mucho hincapié en lo difícil que fue para InGen lograr traer a la vida a los dinosaurios, desvelando poco a poco como fueron adquiriendo el software y el hardware para ello: usando huevos sintéticos, computadores de alta potencia para realizar cadenas de ADN, así como los hábitats para incubar a los huevos. ¡Inclusive tienen un área de kindergarden para un velociraptor bebé!
En la película queda reducido a esto:
También hay muchos más dinosaurios, entre los que destaco un par de Tiranosaurios, uno joven y otro adulto. Y Michel Crichton se toma la molestia de sacar partida del humor negro que pueda haber, puesto que el Tiranosaurio más pequeño primero juega a las escondidas y atrapadas con un mercadólogo, para después aburrirse de él y devorarlo.
Y si se preguntaban por el odioso abogado de la película, descuiden, por algún motivo inexplicable convirtieron a uno de los mejores personajes de la novela en alguien odioso. El abogado Genaro hace las preguntas que nosotros, si fuéramos visitantes del parque, haríamos. Pero también realiza apuntes interesantes sobre lo ético que se hace en el parque y forma una buena mancuerna con Ian Malcolm, quien desde el principio están en desacuerdo con la isla y a lo largo de la trama va deduciendo todos y cada uno de los errores del complejo sistema que mantienen.
Los velociraptores aquí abundan, siendo una extensa manada que encuentra su camino en la vida, reproduciendo su especie a pesar de los férreos controles del parque (en la novela tienen un complejo sistema térmico y videográfico de las actividades de los dinosaurios). Y haciendo gala intachable de genialidad, el autor los agrupa cual ejercito Nazi. También nos queda mucho muy en claro el sistema de castas que poseen, así como su organización y la forma en que atacan, llevando a toda la población de las instalaciones de la Isla Nublar en un estado de sitio.
El final en sí vale la pena, por lo cruel que resulta, así como ir descubriendo que partes del libro que no usaron (la jaula de Pterodáctilos, los ataques a niños en la playa) sirvieron para las otras dos películas.
Y por último, no debo dejar de mencionar la velada crítica que transmite el libro sobre la ciencia y la genética: ¿hasta qué punto el ser humano, con sus avances biogenéticos tiene poder para crear y jugar con las especies animales y vegetales?
Mi conclusión: Parque Jurásico es una novela indispensable para los amantes de la ciencia y las aventuras. Es un libro entretenido, ameno y que a la larga difiere lo suficiente para ser aún más completo que el entretenido clásico del cine que ya conocemos.
