Plusbits te desea una Feliz Navidad 2014

Es momento del tan esperado mensaje navideño por parte de la comunidad que conforma plusbits, para todos los hermosos seres humanos que nos leen y aprecian lo que hacemos, así sean una, dos o 1 millón de veces como lo hicieron este año.

Trataré de no hablar de lo mismo de siempre, pues ya saben que les deseo que lo pasen con todos sus seres amados, que cenen rico y reciban muchos regalos, pero sobre todo que les vaya muy bien en el intercambio y de verdad les regalen algo que no los haga forzar una sonrisa y en cambio sea un esbozo de felicidad y sinceridad el que aparezca en su rostro.

Entonces dicho lo dicho pasaré a platicarles de la vez que mi hermano y yo nos enteramos de que Santa Claus no existía, y en este momento de verdad espero que no nos esté leyendo nadie menor de 10 años ya que no quiero ser responsable de los sueños rotos, aun que conocí a una niña hace muchos años (10 exactamente) que a los 13 seguía creyendo en papá Noel – weird. Claro que uno no deja de creer hasta que le conviene.

La Fantabulósa Historia de Cómo me Enteré de que Santa Claus era el Alter Ego de mis Padres.

Esa Navidad – no recuerdo exactamente que año – mi hermano y yo habíamos pedido carritos de control remoto, algunos otros juguetes, pero nuestra gran tirada era para que el bonachón de traje rojo nos trajera los preciados autos ricochet que se encontraban tan de moda hace tiempo.

Nos levantamos expectantes lo más temprano que pudimos, bajamos las escaleras corriendo y la Navidad había sido buena con nosotros, pues todo lo que habíamos pedido se encontraba en la mesa de centro donde Santa acostumbraba dejar sus regalos. Con emoción destrozamos las cajas que contenían nuestros juguetes y como era costumbre salimos a la calle. En esos tiempos aún era seguro salir a la calle y bueno, no había tanta tecnología que te mantuviera dentro de casa a menos que tus padres fueran de dinero suficiente para comprarte el Nintendo 64 – que Santa nunca me trajo.

Todos los niños de la cuadra jugábamos juntos en la calle con los regalos, mi hermano y yo echábamos carreritas con nuestros autos de control remoto.

Era tanta nuestra emoción, y nosotros tan niños, que usamos los autos tanto como pudimos, una semana después ya tenían piezas de carrocería faltante, cuarteadas en el chasis plástico que protegía su motor eléctrico alimentado por pilas de tamaño D y un montón de cinta adhesiva para mantenerlo en una sola pieza.

Una tarde una tía había ido a visitar a mis padres mientras mi hermano y yo jugábamos en nuestro cuarto, cuando comenzamos a escuchar una curiosa conversación, al menos para nosotros ya que movidos por esa misma curiosidad nos acercamos a las escaleras lo suficiente para escuchar más:

–Y que les regalaron.
–Unos Carritos de control remoto.
–Y ¿Qué tal?
–Ya los traen todos rotos. Lo bueno es que les compramos de los baratos.

Esa última frase se repitió un sin fin de veces en nuestras pequeñas cabezas… no porque nos hayan comprado de los baratos, sino porque fueron nuestros padres quienes lo habían hecho, nadie los había construido en un taller de juguetes, ni los había entregado mágicamente en nuestra mesa de centro, descubrimos que Santa… no… existe.

Como niños inteligentes no dijimos nada… y seguimos creyendo en papá Noel hasta que era obvio que ya sabíamos la verdad. Solo tengo algo de lástima por mi hermano que tuvo que dejar de recibir regalos del gordito panzón 2 años antes de que tuviera mi edad cuando dejé de hacerlo, pero supongo que son daños colaterales de crecer con tu hermano mayor.

Y esa es mi historia. Sí probablemente tus padres eran más sanguinarios y a los 6 años te dijeron que no existía tal cosa, y sí por eso eres mejor y más amargado que todos… igual me gustaría conocer tu historia, no olvides dejarla en los comentarios y no te olvides de compartir esta nota si te gustó.

Sólo me queda desearte

Feliz Navidad

Asaf y el Equipo Plusbits Mx

Autor: Asaf Lopez

Director General de PlusbitsMx, ciudadano de Internet, tecnólogo, desarrollo de Web y apps para móvil.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *