Las locas, el sexo, los burdeles | Reseña

Salvador Novo, Las locas, el sexo, los burdeles

Ed. Diana,1972  172 páginas

 

La comunidad LGBTTTIQ (y las letras que se vayan agregando) celebró hace un par de semanas (dependiendo la ciudad) diversas actividades para visibilizar a la comunidad y lograr igualdad de derechos. El evento clave de la vida gay nacional es el famoso desfile del Pride, que se llevó cabo en la Ciudad de México. Reviviendo el viejo debate entre las diversas generaciones ¿se debe marchar?, ¿no es una provocación a que exista más homofobia?, ¿es la manera más eficaz y contudente de volvernos visibles?

Afortunadamente para ayudar a solventar estos dilemas; la juventud millennial y la vieja escuela tienen a un aliado: Salvador Novo, quién sin tapujos nos cuenta las desventuras del mayate en la época de la Colonia, después se relaja un poco para hablarnos sobre los pelos, el inequívoco símbolo de la lucha entre generaciones que ha acabado por consistir en la posesión o la ausencia del pelo que abunda en los jóvenes y escasea hasta extinguirse en los viejos.

Novo fue uno de los escritores mexicanos más destacados del siglo pasado, poeta y ensayista consumado, en este libro nos abre su armario pero no para mostrar su descarada prosa, sino su extenso bagaje y hablando de LGBT, él explora los temas que tanto se discuten hoy en Internet. Salvador Novo es directo, crudo y provocador, permitiéndose incluso hablar de tacos y tortas callejeras de un México que sigue sangrando de las mismas heridas 45 años después de la publicación de este libro.

Por si necesitan algo más para salir a buscar este libro, también incluye un diálogo con la mismísima Sor Juana Inés de la Cruz. Porque Salvador Novo sabía jotear y también ansiaba imaginar y crear, algo que a todos nos hace falta.

Pablo Palacio: Letras sin fecha de caducidad

Pablo Palacio es considerado pionero en la vanguardia de la narrativa latinoamericana, su ficción se vuelve totalmente creíble en un contexto social eternamente enfermo y a punto de estallar. Una primera leída a su relato “La doble y única mujer” nos invita a vivir la angustia de una mujer siamesa atrapada en un cuerpo deforme.

Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Ten­go dos cabezas, cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí para seguir –robuste­cida– hasta la región coxígea.

Yo-primera soy menor que yo-segunda.

Este relato es uno de los más conocidos, sin embargo la mejor referencia de su obra se puede encontrar en el compendio “Obras completas” el cual se puede hallar con relativa facilidad en su versión impresa o electrónica.

Lo que ha hecho afirmar a mis espectadores que existe en mi la dualidad que he refutado, ha sido principalmente, la propiedad que tengo de poder mantener conversación ya sea por uno u otro lado. Les ha engañado eso de lado. Si alguno se dirige a mi parte posterior, le contesto siem­pre con mi parte posterior, por educación y comodidad; lo mismo sucede con la otra. Y mientras la parte aparente­mente pasiva trabaja igual que la activa, con el pensamiento. Cuando se dirigen a la vez a mis dos lados, casi nunca hablo por estos a la vez también, aunque me es posible debido a mi doble recepción; me cuido mucho de probables vacilaciones y no podría desarrollar dos pensamientos hondos, simultáneamente. La posibilidad a que me refiero sólo tiene que ver con los casos en que se trate de sensa­ciones y recuerdos, en los que experimento una especie de separación de mí misma, comparable con la de aquellos hombres que pueden conversar y escribir a la vez cosas distintas.

Innovador, transgresor, actual, son adjetivos que describen perfectamente el estilo de Pablo Palacio, a esto debemos sumar una peculiaridad: el escritor ecuatoriano murió en 1947. En realidad esto es un mero dato contextual, sus relatos trascienden el tiempo y los estilos, una gran lectura para este otoño.

 

 

La ternura caníbal

Sí bien a Enrique Serna se le conoce por la laureada novela “El Seductor de la Patria” , su obra abarca una narrativa prolija y extensa. Su sello distintivo es la crueldad y una fuerte y en ocasiones compasiva exposición de las motivaciones humanas.

En su última obra “La Ternura Caníbal” nos ofrece una colección de cuentos , que narran los altibajos de la vida del adulto joven en un mundo competitivo , voraz  y que a su vez es el escenario perfecto para el amor, la guerra y hartazgo.

A través de diez cuentos Serna nos invita a la recámara de un matrimonio exitoso que decide incursionar en el mundo swinger,  a la vida de un DJ que se enfrenta a los celos profesionales de su pareja y  a la esposa de un político desterrado cuyo consuelo ante su realidad apabullante es leer libros de Dan Brown.

Un digno representante de la narrativa mexicana actual, crudo, directo y en ocasiones francamente adorable, este libro te llevará al deseo y a un repudio constante, altamente recomendable.