Debo decir que no soy fan de Nicholas Winding Refn, y no me encontré en ese hype que envuelve a sus películas de cajón: Drive me pareció bien, con buen soundtrack, estética, pero no la consideré algo espectacular, mientras que Only God Forgives fue un potente somnífero colorido. No es por dármela de hater y hipsterona, simplemente su trabajo no me atrae como a otros y tengo unas teorías al respecto.
Cambié un poco de parecer cuando encontré opiniones divididas respecto a The Neon Demon, por lo que decidí darle una oportunidad a ésta, su obra de terror.
La belleza y el mundo de la moda, son temas de los que se nos han presentado diversas versiones en el cine: comedias, dramas, documentales exponiendo los peligros de este mundillo como trastornos alimenticios, drogadicción, etcétera; la industria de la moda y belleza ha sido satanizada además, por la imposición de estándares sociales irreales e inalcanzables.
The Neon Demon nos presenta la llegada de una chica, Jesse (Elle Fanning) a esta industria; ella es inocente, de belleza natural, y muy explotable. Deseada por unos, envidiada principalmente por muchas, ella va sumergiéndose en ese mundo, de la mano de Ruby, una maquillista (Jena Malone) y otras 2 modelos Sarah (Abbey Lee) y Gigi (Bella Heathcote), con todo lo que eso implica.
La propuesta de Refn y su The Neon Demon en el género de terror aunque interesante, no es nueva, y no logra cerrarla. La idea de una industria ambiciosa, de aquellas modelos que buscan ser la belleza canon y hacen de todo por conseguirlo se encuentra en Helter Skelter (2012), haciendo una fuerte crítica al consumismo dirigido a las cirugías plásticas, y mostrando la fugacidad de la belleza y juventud en quien la porta. La referencia en The Neon Demon se encuentra en Gigi, una modelo que se ha entregado a las cirugías plásticas para lograr verse hermosa, y es comparada con la belleza natural de Jesse.
Es claro además el fallido intento por presentar la transición de inocente a femme fatale, la corrupción de la protagonista, en su búsqueda por la perfección y aceptación dentro del medio. Esta transformación, la liberación de su persona y aceptarse como algo diferente y oscuro, es algo que sí quedó espléndidamente plasmado en Black Swan (2010), y en Starry Eyes (2014), una película algo underground, con un sutil body horror y cuya trama es muy similar a lo planteado por Refn, pero con actrices.
Las figuras femeninas que acompañan a Jesse son claras referencias a figuras y personajes conocidos en el terror, como las 3 chicas atrayendo a Jesse a su mundo –The Craft (1996)- y sus esfuerzos por obtener algo de su belleza, ya sea física, psicológica o sexualmente, cual vampiro o súcubo.
Presentando este mundo como algo vacío donde sólo la belleza importa, Refn abarca estas analogías pero no las expone de manera fuerte o convincente, quedan demasiado en el aire y desaprovecha personajes; en terror, queda debiendo mucho, si bien hay películas que nos muestran sus elementos en el último acto de la película, construyen la tensión y al final vale la pena, aquí no. Al final The Neon Demon es como Only God Forgives: estética, cargada de colores simbólicos, pero somnífera.
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