50 sombras de Grey | Reseña

Mañana, 12 de febrero de 2015, se estrena en salas mexicanas la película 50 sombras de Grey. Me parece que está demás explicar de qué va esta película, pero lo haré de todos modos por si tenemos entre nuestros lectores a algún cavernícola o a alguien demasiado hipster.

50 sombras de Grey es una adaptación de la novela homónima de E.L. James, la cual forma parte de una trilogía. Dirigida por Sam-Taylor Johnson (conocida por Nowhere Boy, película sobre la vida de John Lennon), 50 shades of Grey narra la historia de Anastasia Steele (Dakota Johnson), una estudiante de literatura inglesa a punto de graduarse. Anastasia Steele conoce a Christian Grey (Jamie Dornan) cuando su roommate Kate la envía a entrevistarlo. Christian Grey es un joven multimillonario acostumbrado a estar en control de todos y de todo (y que además tiene un complejo de Edipo terrible) y que siente algo extraño cuando ve a Anastasia. Sí, adivinaron, luego empiezan a salir y ella poco a poco se va dando cuenta de los fetiches del señor don Christian Grey.

Les digo todo esto por que no arruina nada en la trama, de hecho en la trama no pasa mucho. Escuché por ahí que 50 Shades of Grey es “porno para señoras”, y podría decir que sí, que la trama es solo una excusa para el sexo y por ello es un poco lineal y sin un climax marcado, además el cliffhanger (recuerden que es una trilogía) no te hace querer leer el segundo libro por que no puedes esperar a que salga la segunda película. Los personajes evolucionan de un modo un tanto injustificado y siempre nos van a recordar a los protagonistas de la saga Crepúsculo (cabe destacar que 50 shades of Grey surgió como una obra de fanfiction basada en dicha saga). Una chica inocente se enamora de un tipo rico que tiene un piano en su sala y que además es misterioso y le pide que se aleje de él porque de lo contrario le terminará haciendo daño; neta, eso ya lo habíamos visto.

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En cuanto al lenguaje cinematográfico, está lleno de clichés y se vuelve predecible y simplón. Hay tomas que se repiten innecesariamente y la película bien pudo durar media hora menos sin perder nada importante –¿en serio son necesarias más de 10 escenas iguales en las que Anastasia Steele se muerde el labio?. Bueno, no todo en la película es malo. En lo personal, me parecieron elegantes algunos escenarios y muy visuales, pero nada que no puedas hallar en una película que sí tenga una buena trama.  Por otro lado, la belleza corporal de los protagonistas siempre es bien apreciada, pero eso es un logro de los actores y no de la película. La música (compuesta por Danny Elfman) también es rescatable.

El título original del libro es 50 Shades of Grey y (voy a decir esto, en caso de que alguien no lo sepa) trata de hacer un juego de palabras entre Grey (el nombre) y gray (gris) palabras homófonas en su idioma original. Pues de ese color es la película: gris. Si el blanco fuera bueno y el negro malo –vamos a hablar con clichés aquí, ya saben que todo en esta vida es subjetivo– esta película es de un gris oscuro. En general no pasa nada, nada interesante, nada que te haga maravillarte –si acaso la figura de Dakota Johnson o la mirada de Jamie Dornan, pero ya dije que nada de esto es un logro fílmico–, nada que te haga sentir repulsión total. En pocas palabras, esta obra, no es arte. Un fenómeno cultural, sí. Entretenida, sí, a ratos. Pero olvidable, como el Harlem Shake o el Ferras cuyas visitas en Youtube disminuyen cada vez que alguien respira. Gris, gris oscuro.

Autor: Goveawood

Músico en proceso. Escritor amateur. Lector obsesivo. Cinéfilo de clóset. Si necesitan saber algo mas, pregunten.

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